Después de muchos años en servicio, este antiguo vaso de piscina sufría pérdidas importantes de agua.
Después de su vaciado y limpieza general se inspeccionó metro a metro la junta de dilatación perimetral del hormigón armado de la solera.
La solución de garantía recomendada fue la impermeabilización de las paredes y el fondo de vaso mediante lámina de PVC armada de 1,5 mm de espesor. De esta forma se garantizó la estanqueidad.
A la vez se consiguió una superficie interior muy suave para el bañista y fácil de limpiar, al contrario de la antigua, rugosa, de pintura de clorocaucho.
A la vez tenemos el beneficio en coste en la puesta en marcha y el mantenimiento, ya que esta superficie no hay que pintarla.